sábado, 17 de marzo de 2012

SIN DESTINO, Imre Kertèsz.



Yolanda Soriano Gimènez.
“Sin destino” de Imre Kertesz, cuenta la historia de un chico húngaro judío de 15 años que es deportado a un campo de concentración. Mediante engaños, y mientras él cree que le envían a trabajar a una fábrica en Alemania, se ve metido en un tren durante tres días sin apenas agua ni comida y conducido a Auschwitz. Aconsejado por presos del mismo campo, dice tener 16 años, lo que le hace no sea considerado un niño y sea “apto” para el trabajo. Después es enviado a Buchenland, donde las condiciones de vida serán tan duras que finalmente le conducirán a un hospital. Lejos de ser contada como un drama, la historia se narra sin sentimentalismos, como si le estuviera pasando a otra persona, y desde el inocente punto de vista del chico que intenta entender lo que le está pasando, y adaptarse lo mejor que pueda a su nueva situación. En palabras suyas: “todo lo nuevo hay que empezarlo con buena voluntad, incluso en un campo de concentración; ésa fue mi experiencia -de momento, bastaba con convertirme en un buen preso, lo demás vendría después-, ésa era mi convicción, en eso se basaba mi comportamiento”
Es una buena historia, te hace valorar hasta las cosas más insignificantes. Por ponerle un pero, y sin desvelar nada, diré que las últimas páginas no me han gustado tanto como el resto del libro.

Gemma Pallas Bergua.
Un libro distinto sobre un tema más que trillado. El protagonista se desprende de la subjetividad que da el ser narrador de la propia historia y durante gran parte del libro narra los acontecimientos con un deje de sarcarmo e ironía que se transforma en la ingenuidad de unos personajes que van a la deriva y que no luchan contra su terrible destino porque no son conscientes de él hasta que es demasiado tarde. Dar justificación a los sucesos que se van sucediendo es en principio indispensable, al final un plato de sopa es más importante que ser libre. Tremenda historia, fácil de leer pero difícil de asimilar.

Lidia Gorena.
 Sin destino, de Imre Kertész. La vida en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial desde adentro, contada por un chico de 15 años, sin dramatismos; por momentos hasta puede irritar la frialdad, el acostumbramiento y la aceptación con los que el protagonista transita su experiencia, un destino que no era su destino. Al terminarlo, por curiosidad busqué imágenes de la película
y quedé impactada al ver al actor que interpreta a György, casi un niño. Acaso esto justifique la ingenuidad de las descripciones, acaso ésta sea sólo un recurso del autor para acercarnos un relato diferente de los horrores tantas veces contados. Me gustó mucho, a excepción de las últimas páginas, me parecieron apresuradas las reflexiones finales. Esta novela la leí siguiendo las recomendaciones de algunos troperos, todas elogiosas.


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