miércoles, 28 de enero de 2015

Henry Trujillo - El vigilante






 
 
Rossana Cabrera:
No se si les pasa a todos con respecto a sus países, o me pasa a mi con el mío. Pero generalmente, cuando alguno de mis coterráneos intenta una novela de intriga,de esas psicológicas o de detectives, suelo sentir más una risa que me sube desde el estómago que las otras emociones que el autor pretende generarme.
¿Un "detective" que vive en una pensión en Montevideo? Ayyy, que me meo.
Y sin embargo, mira por dónde. Esta novela tiene todo lo que hay que tener, y no me dió ninguna risa, no señor. Me dió ese miedito y ese suspenso y esa cosa al dormir o al sentir el teléfono.
Me encantó.

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