Gurisa:
No sabía que esperar de
este libro, pero tenía muchos prejuicios. Hace unos años había
pensado que Castaneda era algo como Paulo Coelho, pero ahora sé que
no tiene absolutamente nada que ver. Después pensaba que se trataba
más que nada de un libro de apuntes sobre trips con ciertas
plantitas como el peyote y unos hongos, pensamientos medio volados,
caóticos y que adicionalmente tendría unb toque de filosofía
apuntada de las enseñanzas de algún indio mexicano.
Pero lo leí de otra
manera. Y superó por mucho mis exprectativas. Mi edición (alemana)
tenía un prefacio muy informativo escrito por Castaneda en 1998, el
año de su muerte y otra introducción tambien muy interresante de Walter
Goldschmied. Lo leí por lo tanto como un estudio antropológico.
Castaneda, estudiante de
antropología/etnología en la
Universidad de California, los Ángeles, escribió su
tesis de doctorado/promoción sobre las construcciónes de realidad
no-ordinaria, cosa que ahora sería quizás no tan especial, pero en
ese entonces sus profesores trataban de desaventurarlo de su idea
“poco seria”. La primera publicación es de 1968, las
experiencias de las que escribe son de hace 55 años. Con el apoyo de
otros dos de sus profesores que sin embargo lo alentaron siguió
adelante con sus ideas e inscribió un estudio único y muy valioso.
En la primera página tiene una cita de Georg Simmel que fue uno de
los primeros sociólogos. Castaneda estudió también con Harold
Garfinkel del departamento de sociología de la universidad
californiana. La ethno-methodología que éste desarolló se
sigue enseñando hoy día y yo en mis tiempos de facultad escribí
varias monografías/trabajos basandome en el paradigma de él y sus
discípulos. O sea, para mi leer Castaneda fue mucho más que solo
leer relatos personales sobre sueños e alucinaciones asistidas de
plantas como el peyote.
Si uno quiere documentar
otra realidad, la tiene que entender y explicar desde adentro, con
sus conceptos, no la puede medir y comparar con la suya, porque una
verdad neutra o absoluta no hay. En la introducción de Goldschmied,
que me gustó mucho, dice así:
“La antropología nos enseñó que el mundo se define de diferentes modos según su sitio. No es solamente que las personas tienen habitos diferentes, que creen en dioses distintos y tienen diferentes expectativas a la vida después de la muerte. Los mundos de otros pueblos también tienen una apariencia distinta. Las condiciones metafísicas mismas difieren: el espacio no cede a la geometría euclídica, el tiempo no constituye un fluir ininterrumpido en una sola dirección, las causas de los acontecimientos no se explican desde la lógica de Aristoteles..”
Las
sustancias psicoactivas utilizadas que se utilizaron en las
enseñanzas son: el cacto peyote
(Lophophora williamsii)
o mescalito,
la Datura inoxia (yerba
del diablo) o jimson
weed y algunos
honguitos (Psilocybe
mexicana) que se
fuman.
“A
través de la ingestión por separado de cada uno de estos
alucinógenos produjo en mí, su aprendiz, unos estados peculiares de
percepción distorsionada, o conciencia alterada, que he llamado
"estados de realidad no ordinaria". He usado la palabra
"realidad" porque una premisa principal en el sistema de
creencias de don Juan era que los estados de conciencia producidos
por la ingestión de cualquiera de las tres plantas no eran
alucinaciones, sino aspectos concretos, aunque no comunes, de la
realidad de la vida cotidiana. Don Juan no se comportaba hacia tales
estados de realidad no ordinaria "como si" fueran
reales; los tomaba "como" reales. ”
Mi
edición contaba además con casi 100 páginas de Apéndice “Analisis
estructural”, donde se explica la logica interna y la coherencia de
los conceptos y términos utilizados en las enseñanzas de Don Juan.
El “orden operativo” es muy interesante y admiro la sistemática
con la que Castaneda se pensó todo para entender el sistema complejo
de la realidad de Don Juan.
Me
atrapó desde el principio y lo recomiendo! Ya empecé el segundo
libro “Una Realidad Aparte”.
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