Mi nombre es Malarrosa, Hernán Rivera Letelier
Rossana Cabrera:
Lo leí después de una novela nórdica y fue como si hubiera partido de viaje y estuviera volviendo a casa. Literariamente hablando.
Me dejó los ojos más claros de tanto desierto, los oídos cansados de escuchar el viento y ganas de conocer hombres-pajaritos.
Este autor cada vez me gusta más.
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