Terminé Germinal de Zola, lo tenía pendiente hace mucho tiempo porque no lo conseguía, colmó sobradamente todas mis expectativas; no encuentro palabras para expresar las emociones que me provocó su lectura, un deleite. El autor muestra con abrumadora realidad las condiciones de vida de una familia de mineros en el norte de Francia en la década de 1860, los hombres guiados por sus instintos más básicos y las deplorables condiciones de trabajo para obtener únicamente lo esencial para vivir, y ni éso. El trabajo de miles para el beneficio de unos pocos, hasta que dicen basta! y se levantan de su silencio para luchar, desordenadamente, por justicia e igualdad, un reclamo expresado en un simple ¡ Pan, queremos pan!. Hace unos cuantos años había visto la película, protagonizada por Depardieu, también excelente, y muy fiel al libro.
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