jueves, 19 de enero de 2012

Yo confieso, Jaume Cabrè

Nuria Moragues: 
Lo primero que quiero decir es que me he enamorado de este libro. Que lo he leido con avidez, que lo he exprimido y que a pesar de tener 1.000 páginas, no se me ha hecho pesado en ningún momento.
Pero reseñarlo es otra cosa. Empezaría con; Ah... pues... a ver...:-) Pero voy a intentarlo...
La historia la protagoniza Adrià Ardèvol y gira alrededor de un violín. Este violín nos lleva por distintas épocas, historias y personajes, desde el siglo XVII hasta nuestros días, y con él está todo relacionado. Relacionado magistralmente diría yo. Adrià cuenta en su carta su vida desde pequeño, y nos lleva a todas las historias que han tenido que ver con su padre y su violín. Lo que marcará todos los días de su vida de una forma u otra.
Pero es un libro difícil de leer. Tiene saltos en el tiempo en un mismo párrafo sin puntos ni comas y también pasa continuamente de hablar en primera persona a tercera, y por si fuese poco, mezcla a dos personajes ficticios, dos juguetes. De modo que nos desorientamos, y nos perdemos en el desorden de fechas y lugares. Pero a mi me ha pasado que, habiendo leido ya unas buenas páginas, me he integrado en esa manera de narrar y la he comprendido, de forma que luego su lectura ha sido un placer. Decir también que, ese desorden, tiene una explicación. Emotivo pero sin caer en drama, (hubiese sido fácil visto los temas que toca), me ha dejado un sabor de boca dulce, dulce.

  Por cierto, quiero decir que lo he leido en catalán. Y me he sentido muy identificada porque usa expresiones que yo uso, tiene una manera de contar muy parecida a la que estoy acostumbrada. Me he sentido como en casa vaya, y creo que eso es muy importante. Así que no sé si me hubiese gustado tanto de haberlo leido en otro idioma. El autor se expresa en su lengua y creo que se nota. Es solo un aviso para quién lo lea en castellano.

Melania Bouzòn Pita:
 Yo lo leí en castellano y me gustó mucho

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