viernes, 23 de octubre de 2015

Milena Busquets - tambien esto pasará





Santiago Fernandez:
Lo confieso: a veces leo por masoquismo. Para comprobar que no publica quien puede, sino quien quiere. Y sobre todo, quien tiene.

Quien tiene amigos en el mundo editorial, como esta chiquina. Que además cuenta con una madre culta, que se fue al otro mundo revestida de honores por parte de la intelectualidad de medio pelo que nos gastamos en España.

Y lo más asombroso es que esta novela infame está teniendo éxito, y en la misma solapa, en lugar de los habituales elogios ditirámbicos (qué pasa, yo también sé poner palabras polisílabas y esdrújulas) de amigos y mercenarios, se cita como uno de los méritos de la noveluqui ésta que se está a punto de vender a las editoriales Plin de Francia, Plon de Italia y Plun de Alemania. Pues qué bien.

Pero de qué me extraño; si aquí, en cuanto escribes un par de columnas te haces llamar "periodista", y del periodismo a la novela, un paso, porque total, ya que te pones, escribes algo más gordito, le pones más sinónimos a las eternas descripciones de la costa brava en verano, y que si las olas de plata, y que si la barca que te mece y el olor a mar en el pelo y a sal en la piel, y ya se encargará el editor de publicarlo con letra gorda y márgenes generosos para que alcance el grosor mínimo y cobrar los veinte euros preceptivos.
O engañar a las bibliotecarias para que la compren y la pongan entre las novedades y venga yo, la pida y me la lea en dos trayectos de metro y la acabe entre náuseas por tanto lugar común y tanta imbecilidad y todo podría ser aún salvable si no hubiera, encima, comas dispuestas por el texto como cacas de perro en un parque y faltas de ortografía de las de confundir "honda" y "onda", que no sé si es que en catalán se escribirán igual pero que me ha hecho sangrar los ojos y animarme a escribir una pieza venenosa como la que estáis leyendo, tarea a la que hace mucho tiempo que no me entregaba porque total para qué, pero mira, al menos me he ahorrado los veinte euros y aviso al que tenga la ocurrencia de toparse con esta cosa que si no la lee como acto de contrición por algún pecado inconfesable, o para reírse, porque aunque la autora haya usado a su madre recién muerta como, arghfs, vehículo para su exorcismo literáreo personal, a menudo da risa nerviosa, pues que al menos vaya preparado para lo que le espera.

Esta noveli es de una cursilería inadmisible, y no me extrañaría que la chiquina esta. andando el tiempo, acabe ganando el premio Nadal o el Planeta. Porque al parecer, vender, lo que se dice vender, vende. Todo lo que en estos tiempos se puede llamar "vender", que no es mucho, pero bueno.

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