Alicia Magan Calvo:
Rara, demasiado rara para mi pero es corta y me gustó cómo esta escrita.
«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi
hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría
haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de
largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta
lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi
hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la
oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.» Con estas palabras se
presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el
castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del
pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su
anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus
memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran toda
la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días
discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la
familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.
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