El pensionado de Neuwelke, José C. Vales
José Marzo:
Esta
novela es ante todo un alarde de estética que utiliza ese recurso
literario del narrador narrado; técnica ingeniosa que suele dar bonitos
resultados. Un pensionado, una instituriz con un secreto que la acompaña
y las relaciones que se establecen con el resto de los personajes.
Estos están bien definidos y el lector, que se posiciona como
observador, empatiza fácilmente con ellos, son activos, participativos
en mayor o menor medida de la trama y no atrezzo escénico de relleno. De
una indiscutible calidad literaria el autor ha utilizado el estilo y
recursos propios de los grandes de la romántica inglesa y alemana del
XIX sabiendo reproducir ese movimiento libre pensador que lideró la
época, coqueteando sutílmente con elementos de la antropología
filosófica masónica -no exclusivos de ella- como la libertad, tolerancia,
fraternidad y trascendencia, dando un toque esotérico.
No es una
narración lenta pero sí pausada por exigencias de la estética,
descriptiva si ser preciosista pero suficiente para una visualización
clara, de estructura rigurosa pero sin ortodoxias, y un humor
inteligente. Una lectura deliciosa en color sepia -siempre pongo color a
mis lecturas- con un final interesante, que el autor ha sabido terminar
correctamente. En literatura lo que bien empieza en ocasiones bien
acaba.
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